¿Hijos tiranos?
Hace unos días leíamos este artículo titulado: “La realidad de los hijos tiranos”. Nos llamó la atención el título.
Como dice el artículo más de 17.000 menores han sido procesados en España por agredir a sus padres. Teniendo en cuenta que la violencia intrafamiliar se queda la mayoría de las veces en casa y que hay un tipo de violencia no física a la que no se le da importancia, podemos imaginar la cantidad de “hijos tiranos” que existen. El artículo explica que estos chicos: “…buscan causar daño o molestar permanentemente, disfrutan con ello, amenazan o agreden para dar respuesta… utilizan a sus padres como si fueran… 'cajeros automáticos': les chantajean… apuntan mucho desapego…”
Para empezar nos planteamos lo siguiente: ¿Es buena idea utilizar el término tirano? Gran etiqueta y bastante negativa. ¿No creéis? Entendemos que sea necesario darle nombre a esta realidad porque si no se le da un nombre no se tendrá en cuenta. Se nos ocurre que no es cuestión solo de los hijos, que esta realidad es cuestión de muchos factores: padres, sociedad, educación, amigos… En definitiva, es un tipo de relación. Así que en todo caso, podríamos hablar de “La realidad de las relaciones con miedo”.
En el artículo también aparece lo siguiente: “Javier Urra, psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los Juzgados de Menores de Madrid (ahora en excedencia voluntaria) dirige recURRA GINSO, un campus donde los chicos ingresan voluntariamente para poner fin a sus problemas de familia. "Al no ser un centro de carácter judicial damos otra alternativa, de hecho sólo el nombre 'CAMPUS' indica que no es un centro de menores ni nada por el estilo. No son chicos delincuentes ni tienen problemas sociales, pero sí de familia", señala. "En estos años, hemos aprendido que los chicos lloran, que quieren querer a sus padres, pero hace falta reeducarles de nuevo, darles una salida. Por ello, es fundamental trabajar no sólo con los hijos sino también con los padres.", añade.”
Desde nuestro punto de vista terapeutico consideramos fundamental la participacion tanto de padres como de hijos, Ninguna de las dos opciones por si solas creemos que sea lo más beneficioso. Si solo se trabaja con una parte de la ecuación parece como si la culpa solo la tuviera esa parte y la otra parte no tuviera nada que hacer. Se trata de una manera de relacionarse por lo tanto lo que hay que trabajar es la relación y cada una de las partes. Tenemos comprobado con los chicos que trabajamos, que el contacto con sus padres, dando y recibiendo información y pequeñas intervenciones con ellos, por ejemplo, marcando unas pautas hace que las cosas cambien. Hemos investigado el centro y los padres también forman parte del tratamiento, así que parece una gran iniciativa.
Por otra parte, hay una parte del articulo con la cual estamos muy de acuerdo: “La madre enseña que el hijo es lo más importante de la casa y no la pareja, y esto es un error… "Una cosa es la conyugalidad y otra la parentalidad", aclara Urra. Muchos padres creen que el problema está sólo en la parentalidad y se olvidan de lo importante que es tener una buena relación de pareja. "¿El niño ve que los padres se quieren, que tienen relaciones y se respetan el uno al otro?", pregunta.”
¿Por qué seremos tan pesados los terapeutas cuando exploramos las relaciones de los padres cuando nos traen un problema con el chico o chica? Por esto mismo. Aprendemos de lo que vemos, y si el ejemplo en casa son discusiones continuas o total desapego, ¿Cómo se relacionaran estos chicos? Con muchas probabilidades discutiendo o no sintiendo apego por nada.
En resumen, es una realidad que hay que trabajar desde padres, hijos y la relación, cuanto antes mejor. Nos alegramos de que existan iniciativas de este calibre. Ojala se extiendan y se traten solo de experiencias preventivas.
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