Día internacional de la prevención del suicidio

Esta semana nos unimos al día internacional de la prevención del suicidio. Este año su lema es: “Prevención del suicidio en todo el mundo: mas prevención y mas esperanza” 


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Uno de los datos que más nos han sorprendido es que en la franja de edad de los 25 a los 34 años es la primera causa de muerte por causas externas entre hombres y en toda la población, la segunda. Las muertes por causas externas son aquellas producidas por accidentes de transporte, caídas y accidentes diversos, efectos secundarios de tratamientos, agresiones, envenenamientos, operaciones de guerra… y por supuesto, el suicidio.

La búsqueda de información siempre nos lleva a más preguntas… 

¿Qué es aquello que lleva a una persona a quitarse la vida? El envejecimiento, la muerte de un ser querido, las drogas, el desempleo, una enfermedad física grave, traumas emocionales, enfermedades emocionales de los cuales van unidos sentimientos de vergüenza, culpabilidad, rechazo, perdida y soledad… 

Y… ¿Por qué algo tan preocupante no aparece en los medios de comunicación? Diversos estudios han demostrado que el hecho de mostrar casos de suicidio hace que se produzcan más suicidios. Por otra parte, el suicidio es un tema complejo y personal para las familias, y por ello, delicado.

¿Si es una decisión tomada por la persona, deberíamos intentar cambiarla? Creemos que al menos debemos intentar demostrar que hay razones por las que vivir, y que a partir de ahí, tomen su decisión. 

¿Pero, realmente se puede hacer algo al respecto? No siempre va a funcionar, pero funciona. Según un informe de la OMS hay varios países (Japón, Chile, Suiza y Escocia) en los cuales se han implantado estrategias de prevención y han tenido éxito. 

Y nosotros… en el día a día… ¿Podemos encontrar señales que nos indiquen que alguien está en riesgo de suicidarse? Hay algunas muy evidentes como que nos declaren el deseo de hacerse daño; sin embargo, hay otras que quizás solo las relacionemos después del suicidio. Algunas de ellas son: frases como: “tengo que dejar mis asuntos en orden”, regalar las pertenencias, alejarse de los amigos, sentimientos de desesperanza (“esto no tiene solución, no hay nada que hacer…” o la culpabilidad… 

Y si descubro algo de esto en un amigo o familiar… ¿Qué puedo hacer? No dejarlo pasar. Hablar con la persona. Una “simple” conversación de ánimo y esperanza puede salvar una vida. Y si vemos que no es suficiente, se debería buscar ayuda profesional. Hay un refrán que nos viene a la cabeza: “Siempre es mejor prevenir que curar” (¡Qué sabios son los refranes y qué poco caso les hacemos!) y otra frase: “Pedir ayuda no es síntoma de ser débil, es síntoma de estar acompañado”.
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