Viejas y nuevas formas de ser padres.

Todo cambia, ¿la forma de ser padres también?

Vivimos en una sociedad que ha cambiado mucho, nuevas tecnologías, un mundo sin fronteras, globalizado, y las familias ¿han cambiado? Por supuesto que si, de manera que la forma de ser padre y madre también. Actualmente existen múltiples maneras de llegar a ser padre, varones que genéticamente son padres, mediante relaciones sexuales o por técnicas de reproducción asistida, hombres casados (o no) que adoptan hijos o hijas, familias formadas por un unico progenitor (monoparentales) o formadas por una madre con hijos de una anterior relación y un padre que también aporta hijos de anteriores matrimonios, núcleos de convivencia heterosexuales y homosexuales... y seguro que nos dejamos alguna posibilidad en el tintero. Pero cuando hablamos de ser padre no nos referimos sólo a la filiación, la aceptación de ese rol supone un compromiso, un vínculo afectivo y una responsabilidad en el crecimiento de una persona. 

Hoy nos ocuparemos de dar unas pinceladas a los diferentes tipos de paternidad que conviven en este momento actual y a las nuevas tendencias que nos proponen.

Las formas de ser padre que Bonino, L.(2000) refiere como “viejas paternidades” son los padres tradicionales, el padre amo o rey de la casa, que acumulaba poder pero no dedicaba tiempo a su familia, era el proveedor de sustento que delegaba la crianza en la madre. El segundo tipo de padre tradicional es el patrón educador-transmisor de normas y habilidades, un padre implicado en el crecimiento de sus hijos e hijas para que se desarrollen en la sociedad, y que realizan esa tarea sin cercanía emocional, con distancia. El tercer tipo es el padre ausente, que no desempeña ninguna función, aunque esté presente físicamente. 

Estas “viejas paternidades” que han pervivido durante siglos debido a la tradicional división del trabajo público llevado a cabo por los hombres y el trabajo privado realizado por mujeres, conviven con las nuevas formas de ser padres

Nos encontramos en una sociedad en la que el ideal social de igualdad en derechos y deberes entre mujeres y hombres se va abriendo camino. Este ideal se ve reflejado en una mayor implicación de los padres en la crianza, en beneficio de toda la familia. Fruto de ese ideal surge el padre cuidador (también denominado padre igualitario/participativo) es un padre presente en lo cotidiano, que transmite ternura, que ama, cuida y disfruta de sus hijos e hijas. Un padre que se compromete, que se implica emocionalmente y que ofrece su tiempo que “está disponible”. Por otra parte y, debido en gran medida a los divorcios y separaciones que no llegan a un acuerdo consensuado entre los progenitores, nos encontramos a los padres reclamantes, que quieren compartir o tener la custodia de sus hijos. 

Tenemos que reconocer que los padres actuales tal vez sean padres participativos ayudantes y todavía no sean igualitarios, dado que esta tipología de padre es más una tendencia que una realidad. Los hombres que deciden transitar por este camino se encuentran sin referentes, y tal vez la soledad o el verse como unos “bichos raros” les parezca un obstáculo insalvable. Así mismo hay resistencias al cambio no sólo en los padres, también en las madres. Un gran camino se ha recorrido, pero todavía queda mucho por andar para que esa ansiada igualdad, en todos los espacios de la vida, públicos y privados, sea una realidad. 

Y tu, ¿que clase de padre eres?,¿que clase de padre tienes?

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